La nación de la esperanza.

No es un artículo sobre política, ya que no estoy facultado para hablar al respecto de este tema, solo puedo compartir unas palabras que desde hace tiempo conservo en mi mente y que realmente me hacen reflexionar cuando cuestiono la situación del México en el que vivimos:

Como ciudadano debo preguntarme primeramente qué ofrezco para el bien del país y de mi comunidad, después que demando.

Esta frase tan corta en redacción pero bastante profunda en cuanto a análisis, la escuche cuando era estudiante (no hace mucho) en un foro de comunicación en viva voz del ex presidente de España, Jose Maria Aznar.

Así que, Imaginemos un lugar en donde las personas que lo habitamos, todos los días nos levantamos con la iniciativa de aportar algo a favor del bienestar colectivo antes del individual, el resultado sería algo como lo siguiente:

El desayuno nos sabría más rico, porque los periódicos matutinos estarían saturados de propuestas de reforestación, publicaciones sobre eventos culturales, reconocimiento a instituciones que fomentan la productividad económica y social de la comunidad.

En la calle existiría una educación vial, el transporte público seria eficiente y se muestra un gran respeto hacia las personas en estado de vulnerabilidad, nuestro trayecto hacia el trabajo es relajado, ya estando en el, nuestras actividades diarias nos producen un efecto placentero, porque contribuyen a mejorar nuestras calidad de vida y la de los demás.

Los profesionistas, estudiantes e integrantes de los estructuras gubernamentales, se actualizan y se comprometen a dar un esfuerzo significativo en su trabajo,  además en las escuelas se transmiten a los niños seguridad y confianza en sí mismos, desde temprana edad comienzan a forjar una vida basada en los valores. 

Existe una cultura de creatividad e innovación en todos los aspectos, esto permite diseñar y fortalecer relaciones armónicas entre individuos e instituciones que derivan en estrategias sustentables para el bienestar colectivo.

Hay personas trabajadoras y talentosas con una solida convicción de cooperar,  hacen de este lugar, un  maravilloso país en el que las situaciones adversas son superadas gracias al apoyo mutuo de sus habitantes; Es un lugar en donde se respira la esperanza más que nada, esta nación se llama México y está dentro de cada uno de nosotros.

No pretendo ser sarcástico, solo quisiera fomentar la capacidad de autoanálisis de cada uno de nosotros para de manera objetiva cuestionarnos en cada uno de nuestros momentos. Que Ofrezco? después que demando. 

Luxhito Cisneros Ramírez